Después de 20 años de debates y de mediaciones, el proyecto de Declaracion de los pueblos indígenas fué adoptado recientemente por la mayoría de los miembros de la Asamblea general de Naciones Unidas. Una victoria más que nada simbólica para los 370 millones de personas pertenecientes a los pueblos originarios en todo el mundo. Efectivamente, si por una parte esta Declaración es un reconocimiento innegable de la existencia de estos pueblos, por otra, ella no conlleva ningun efecto juridico de caracter obligatorio. Se trata sin embargo de un avance más para los pueblos originarios de América Latina, en donde la memoria precolombina renace, tomando el camino de la vía politica.
Los únicos países que votaron contra este proyecto de Declaración fueron Australia, Canadá, los EE.UU de Norteamérica y Nueva Zelanda. En estos países, el contencioso con los Pueblos originarios data de siglos, y parece prolongarse indefinidamente, sin que nadie sepa cuando tendrá fin.
¿Cómo un un texto sin fuerza ejecutoria puede « inquietar » a tal punto estos cuatro estados cuya reputación queda en desmedro por esta negación de reconocimiento ? Se puede atribuir esta actitud al hecho de que en Canadá, por ejemplo, el poder está actualmente en manos de los conservadores y desde su llegada al gobierno han manifestado su oposición sistemática a la Declaración. El régimen anterior, centrista, la sostenía. La derecha conservadora apuesta en general por un electorado más bien refractario a la ayuda que se pueda prestar a las minorías originarias, calificándolas de políticas asistenciales costosas, contrarias al sistema meritocrático, olvidando mencionar que por el hecho mismo de su condición, estas minorías son excluidas de él de antemano. Las fuerzas de derecha tienen el poder en tres de los cuatro estados opositores a la Declaración. En Nueva Zelanda la derecha constitue una oposicion fuerte, que obliga al gobierno a dirigir el paìs en el seno de una coalición. El recientemente formado partido maorí constituye un progreso en la evolución del paisaje político, pero de toda evidencia este joven partido no ha logrado torcerle la mano al gobierno.
Los pueblos originarios y sus dirigentes han aprendido con el tiempo lo que quiere decir tenacidad y resistencia. Algunos pensarán en el jefe Deskaheh de la liga iroquesa de las Seis naciones, que fué al palacio de Naciones Unidas de Ginebra en 1923 para que se reconociera sus pueblo en tanto nación en el plano internacional. Sin éxito. Pero su gesto fué admirable y fué en cierto modo el precursor de aquellas y aquellos que pueden decir hoy en día que su determinación inspira desde ya el respeto. En este sentido queremos creer que la adopción de la Declaración es una señal prometedora para el futuro.
Fuentes :
Vínculo para versión española del texto de la Declaración sobre los pueblos indígenas.
http://www.ohchr.org/english/issues/indigenous/docs/draft
declaration_fr.pdf
http://www.ohchr.org/french/issues/indigenous/declaration.htm
ONU : Declaración sobre los pueblos indígenas aprobada
http://www.latinreporters.com/onuPeuplesAutochtones14092007.html
La promesa de los derechos humanos
http://www.unfpa.org/swp/2005/francais/ch3/chap3_page5.htm
« Porqué el gobierno conservador de Canadá elogia el premier australiano John Howard »
http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=2512
El partido maorí
« Los autóctonos, la otra soledad »
http://www.cyberpresse.ca/article/20070629/CPACTUALITES
/706290615/5050/CPPRESSE
« Los Aborígenes de Australia »
http://www.ainc-inac.gc.ca/pr/ra/ipf/aau_f.html#11t
El jefe Deskaheh
http://www.ville-ge.ch/bge/collspec/f/deskaheh.htm
Ilustración : extrait de la page couverture de l'ouvrage «Les peuples autochtones et leur relation originale à la terre : Un questionnement pour l'ordre mondial », Par Frédéric Deroche, Éditions l'Harmatan
http://www.editions-harmattan.fr/index.asp?navig=catalogue&obj=livre&no=26071