En los EE.UU. de Norteamérica el financiamiento de los “distritos” escolares por parte del gobierno federal esta ligado a los buenos resultados (performances en el original NdT) que obtienen los escolares en lectura y en matemáticas. Un reciente estudio ha demostrado que frente a esta obligación impuesta por la ley “No Child Left Behind Act”, las autoridades académicas tienden a aumentar el tiempo dedicado a estas materias y a disminuirlo proporcionalmente en otras que han sido dejadas en el último nivel de prioridad tales como la historia, la educación ciudadana y las artes.
Investigadores del Center Education Policy de Washington hacen notar que las escuelas de barrios populares de escasos recursos toman a menudo la opción de aumentar las horas dedicadas a la enseñanza de la lectura y las matemáticas, imponiendo así un programa que priva los niños de barrios pobres de actividades de formación general como era antes.
Los enfoques restrictivos de este tipo privan precisamente aquellos alumnos que más necesidad tendrían de cultura general y de una visión amplia del mundo, a los cuales se opone la pésima situación socioeconómica y cultural que estos niños sufren.
La escuela que pone los buenos resultados ante todo, se priva de su contenido ciudadano, ya que un establecimiento que sacrifica la formación general del alumno en el altar del rendimiento a como dé lugar, está privando estos niños de su memoria histórica y de los recursos necesarios para la vida en sociedad. ¿Cuantos como ellos hay en todo el mundo?
Esta política estadounidense del rendimiento ha sabido crear seguidores. La Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE) impone a su manera la obligación de buenos resultados mediante el PISA, que es un test de rendimiento que hace las veces de Biblia entre los estados miembros y que crea toda una conmoción nacional cuando los alumnos de un país dado obtienen malos resultados. Ante esto los grupos reaccionarios aprovechan para crear un falso debate que enfrenta los pedagogos a los “disciplinarios” imputando a los docentes la responsabilidad de estos malos resultados.
La tendencia a uniformar los sistemas educativos está al orden del día. Los países de todo el mundo copian el modelo estadounidense, incluyendo la enseñanza superior europea, en donde el modelo “LMD” –licencia, “master”- doctorado- expresa la decepcionante tendencia de las autoridades europeas por la imitación, como si la diferencia y el genio propio de los pueblos y de las naciones debiera dar paso a la dictadura del pensamiento único.
Referencias:
Center for Education Policy. (2006). “From the Capital to the Classroom. Year 4 of the No Child Left Behind Act”.
http://www.cep-dc.org/nclb/Year4/Press/
OECD: Programme for International Student Assessment (PISA)
http://www.oecd.org/department/0,2688,fr_2649_35845621_1_1_
1_1_1,00.html
Council of Europe. “Education for Democratic Citizenship 2001 – 2004”
http://www.coe.int/t/dg4/education/edc/Source/Pdf/Documents/2004
_44_ Tool4TeacherTraining.PDF
Ilustración : Dibujo de Cardon, tiré de l'album Un demi-siècle de droits de l'homme, p. 52