EIP Uruguay

Inicio

Educación de los valores humanos

Día del niño, fiesta de las Madres, día del juego,… estas son fechas que especifican una decisión de la Comunidad Internacional y que marcan una orientación  para la civilización, incluyendo las sociedades locales en particular. Son fechas de conmemoraciones muy especialmente importante para las instituciones de Enseñanza y toda comunidad educativa.

Un primer factor es el cambio de actitud que se ha operado en la significación de la infancia, la cual se define sobretodo como período de aprendizaje y, correspondientes exigencias para quienes forman el contingente de quienes se dedican a la atención pedagógica. A las Instituciones que organizan la transmisión de saberes (contenidos) y de escalas de valores que regulan la convivencia (reglamentos) fundamentados en el respeto de cada uno. Debiéndose aún considerar un otro aspecto ineluctable: la metodología por la cual se facilitan los aprendizajes (medio de confluencia de contenidos y comportamientos), más allá de los procedimientos técnicos, es el carácter de la forma que induce una relación ética. Es decir, que en la problemática intergeneracional entran contenidos, valores de convivencia, sistemas de aprendizajes  y principios  de equidad.

La sociedad ha avanzado mucho tecnológicamente pero sigue teniendo sus “rémoras”: la pobreza, la inequidad, las guerras, los genocidios,... Todos no tienen la misma dimensión pero son desequilibrios que han llevado a los Organismos Mundiales a realizar declaraciones de principios que pueden orientar la rutina de todos y de cada uno. De todos los individuos pertenecientes a la especie humana, de cada uno de los habitantes en los diversos medios de vida  de la planeta. La declaración Universal tiene un contenido de relaciones entre los hombres y tiene un contenido de la relación al hábitat posible de cada grupo humano.

Donde hay una relación directa con la pedagogía, visto que la educación es la preparación de las nuevas generaciones para continuar la civilización. Lo cual incluye una perspectiva muy evidente, la aparición del concepto de “Sujeto” visto como protagonista esencial del aprendizaje. Una clave de marca. El reconocimiento de su existencia y el respeto por su rol necesitan que se manifieste, es decir que el Sujeto pueda expresarse. De otra forma continuamos con formas del siglo XVIII – XX  donde se motiva al alumno a realizar los pasos didácticos propuestos;  modalidad de acción donde no hay espacio del sujeto,  constatemos que el propio concepto de sujeto no estaba  incorporado, solo había docente y alumno.

Cada docente debe plantearse como organizar las aulas para que los alumnos – reconocidos como sujetos – puedan expresarse y puedan experimentar valores humanos en la convivencia cotidiana. Así puede plantearse la problemática en esta Post-modernidad. Los docentes son percibidos como proveedores de conocimientos, como responsables de una preparación para el futuro incierto de los jóvenes, como capaces de extender las normas de civilización a todos los alumnos. Muchos países sufren de la falta de docentes, en cantidad y calidad de formación. Tienen un estatuto social que se ha transformado en precario por el bajo salario comparado a otras profesiones, por la pesada carga moral de su papel y por la evolución en su carrera. Los alumnos llegan a sus aulas presentando una diversificación sociocultural cada vez mayor, incluso cuando las Instituciones los agrupan por niveles económicos. Se necesita de un cambio de paradigma en la forma de operar la docencia, tanto por las formas de relacionamiento como para los aprendizajes. Se necesita instalar un espacio de expresión donde cada uno es reconocido en su proceso de aprendizaje y donde el conjunto se experimenta en la interacción que construye los conocimientos.

Dr. Prof. Raimundo Dinello