Pobreza y
discriminación racial en América Latina
El caso de los(as)
afrodescendientes
La pobreza y la discriminación
racial que los(as) afrodescendientes en América Latina históricamente han
enfrentado, son dos problemas estructurales que deberían ser motivo de
preocupación no sólo para los(as) académicos(as) y las ONGs interesadas en el
tema de los derechos humanos y el desarrollo social, sino también para los
gobiernos e instituciones regionales e internacionales.
No hay duda alguna de los enormes
beneficios políticos, económicos, sociales y culturales que tendría la región,
si en ésta se implementaran estrategias para eliminar tales problemas. No en
vano, el interés internacional en dicha situación ha crecido en los últimos
cinco años, como permiten ver los numerosos artículos, informes y documentos
que demuestran la necesidad de reducir el alto nivel de marginalidad
afrolatina, en aras de lograr el desarrollo y crecimiento económico que tanto
requiere la región.
Tal necesidad concuerda con los
Objetivos de Desarrollo del Milenio propuestos por la ONU, especialmente aquel
de reducir la pobreza de ingreso a la mitad para el año 2015, Objetivo que sólo
será posible en los países de América Latina si sus productos nacionales brutos
crecen. En otras palabras, la región necesita con suma urgencia que su
población excluida acceda equitativamente a la educación, a la salud y a los
mercados laborales y de crédito, para así estimular el crecimiento y estabilizar
las democracias.
Aun cuando hay discusión acerca de
las estadísticas afrolatinas, tanto los(as) afrodescendientes como las
organizaciones internacionales estiman que la región tiene al menos 150
millones de afrolatinos(as), aproximadamente el 30% de la población total.
Algunos estudios e informes muestran que la exclusión socio-racial en América
Latina está relacionada directamente con la grave situación socio-económica de
los(as) afrodescendientes, y sus limitadas opciones de mejorar sus niveles de
ingresos.
De hecho, la situación
socio-económica en países como Perú, Colombia, Brasil y Ecuador permite ver que
los(as) afrodescendientes son los(as) más pobres entre los(as) pobres, y viven
por debajo de la línea de pobreza. En otras palabras, la mayor parte de los(as)
afrodescendientes son pobres y la mayor parte de los(as) pobres en la región
son afrodescendientes.
Esta situación, que estudié
mientras escribía mi tesis de maestría sobre racismo y los(as) afrolatinos(as),
sugiere que existe un marco político y social bajo el cual los(as)
afrolatinos(as) sufren permanentes violaciones a sus derechos humanos,
económicos, sociales y culturales, más allá de que todos los gobiernos nieguen
la existencia de tal discriminación. Esta situación fue la que me impulsó a
escribir el proyecto de tesis.
Durante la investigación no sólo
usé documentos de organizaciones afrolatinas, sino también informes de
organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Organización Mundial de
la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, la Agencia de los Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y
la Organización Internacional del Trabajo.
Adicionalmente, también utilicé
material de archivos históricos para explicar las causas y características
principales de la pobreza, el racismo, la discriminación racial y la exclusión
socio-racial en América Latina, y porqué estos graves problemas no han sido
eliminados por la sociedad en ningún país de la región.
Basado en dicho material histórico
es fácil concluir que una vez la esclavitud fue abolida en América Latina,
tanto los(as) africanos(as) como los(as) afrolatinos(as) no se vieron así mismos
en mejores condiciones y siguieron sufriendo las consecuencias de los discursos
denigrantes creados en el marco del sistema esclavista. Los documentos
históricos también demuestran que la pirámide (estructura) socio-racial se
reprodujo, a pesar de todas las constituciones políticas que promovían la
existencia de una sociedad conformada por hombres y mujeres libres que viviesen
con los mismos derechos y bajo las mismas condiciones jurídicas.
La permanencia de la estructura
socio-racial en la región creó una generalizada exclusión y discriminación
racial hacia los afrodescendientes, la cual puede ser vista a nivel público y
privado. No hay afrodescendientes ocupando posiciones importantes y la mayor
parte de ellos(as) no tienen las mismas opciones de mejorar sus condiciones de
vida y desarrollo. Esto también produjo más pobreza al interior de las
comunidades afrodescendientes, debilitando a su vez el potencial productivo de
la región.
Al observar esta situación decidí
proponer la siguiente hipótesis: la población afrodescendiente en América
Latina, excluida por décadas a nivel público y privado, es mayoritariamente
pobre, y su pobreza produce pérdidas en el ingreso de la región, lo que limita
su desarrollo social y crecimiento económico.
El objetivo principal de mi tesis
es servir como un punto de referencia para la creación de políticas sociales y
programas de desarrollo económico, a nivel público y privado, que tiendan a
mejorar la situación de los(as) afrolatinos(as), reduciendo así su pobreza y exclusión,
en aras de lograr un desarrollo equitativo que aumentaría el ingreso y
fortalecería la capacidad económica de la región.
El
texto también tiene cuatro objetivos específicos con los cuales se busca que
universidades e instituciones públicas incluyan el componente étnico en sus
políticas, informes, investigaciones y programas. Tales objetivos son:
·
presentar
la situación socio-económica de los(as) afrodescendientes, con base en informes
y estudios previos;
·
explicar
el racismo institucional, y cuáles sus consecuencias en materia de desarrollo
social y crecimiento económico regional;
·
proponer
la creación de políticas de acción afirmativa y programas para afrolatinos(as)
en el mercado laboral y el sistema educativo;
·
promover
que se haga más investigación sobre el tema en la academia, para resaltar cuán
nociva es la exclusión socio-racial tanto para los(as) afrolatinos(as) como
para la sociedad latinoamericana en su conjunto.
La tesis puede ser definida como una investigación documental ya que la mayor parte de los textos que utilicé provienen de informes institucionales, los cuales analizan la fuerte relación entre la pobreza, la discriminación racial y la exclusión en América Latina.
Además, utilicé resultados de otras
investigaciones, incluyendo las dos tesis que escribí para obtener mis títulos
de historiador y politólogo, y artículos de organizaciones afrodescendientes,
activistas de derechos humanos, académicos(as), y líderes de toda
Latinoamérica.
Sin
embargo, la investigación también es descriptiva, considerando las fuentes
primarias usadas, entre las cuales se encuentran algunos ensayos y trabajos
personales, que están citadas a lo largo del documento, y las opiniones de
líderes comunitarios(as) afrodescendientes que entrevisté mientras realizaba
investigación.
La tesis busca promover una
discusión académica y política sobre los beneficios locales, nacionales y
regionales que serían producidos en términos de desarrollo social, político y
económico, si los gobiernos eliminan los problemas que he mencionado. Esta
discusión debería también abordar el tema del papel de las instituciones
regionales que están involucradas en la implementación de políticas de
desarrollo social.
Además, el texto que escribí
establece una comparación entre la situación social, económica, política y
cultural de los(as) afrodescendientes, y el resto de la población de la región.
La comparación muestra que los(as) afrodescendientes requieren de atención
gubernamental especial y políticas específicas en los Planes Nacionales de
Desarrollo. Es por ello que los resultados de la investigación pueden servir
como una herramienta política para promover la inclusión de los(as)
afrodescendientes y la productividad.
Escribiré este documento
aprovechando las propuestas y conclusiones que dejé en mi tesis de maestría.
Estas conclusiones y propuestas buscan encontrar soluciones e ideas que puedan
ayudar a acabar la exclusión socio-racial en América Latina, y mejorar las
condiciones de vida de los(as) afrodescendientes, en el marco de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio y las normas de derechos humanos que han sido
aprobadas por los países latinoamericanos en las últimas décadas. Las
conclusiones son:
La pobreza y la discriminación
racial son dos complejos problemas estructurales que afectan todas las naciones
latinoamericanas. Estos problemas afectan especialmente a los(as)
afrodescendientes, quienes normalmente son excluidos(as) de las instituciones
públicas y privadas, y no tienen suficiente poder político para participar en
procesos relevantes de toma de decisiones. La exclusión socio-racial se
perpetuó en la región como consecuencia de la estructura socio-racial creada
durante la esclavitud, y a pesar de las normas y constituciones que promovían
la justicia social, la equidad y la igualdad ante la ley para todos(as) los(as)
ciudadanos(as).
El racismo, la discriminación racial y la
exclusión socio-racial en Latinoamérica han producido problemas de autoestima
en sus víctimas, especialmente en la población de origen africano. Además, no
hay opciones de acabar con su pobreza y poco se ha hecho para atacar los
problemas. Por ello, la mayor parte de la gente pobre en América Latina es
afrodescendiente y la mayor parte de los(as) afrolatinos(as) son pobres.
Es urgente hacer efectivos tratados
internacionales de derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo y la Convención Internacional sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Racial, que han sido ratificados por los
Estados de la región con la intención de mejorar la situación de sus grupos
étnicos.
Los Objetivos de Desarrollo del
Milenio complementan los tratados de derechos humanos, teniendo en cuenta que
buscan la eliminación de la pobreza y la promoción del desarrollo social en un
marco no discriminatorio. En ese sentido, es importante decir que si el
Objetivo principal es fortalecer el crecimiento económico y el desarrollo de
los países de la región, ésta tiene que garantizar la eliminación del racismo
institucional y la discriminación racial.
Aun cuando los(as) afrolatinos(as)
en general viven en las regiones más pobres de América Latina y tienen el nivel
de ingresos más bajo, la situación es todavía peor si analizamos la variable
género. En otras palabras, las mujeres afrodescendientes no sólo son las
personas más excluidas en la región, sino también sufren las consecuencias de
la violencia sexual y doméstica, como ocurre con otras mujeres. Es por ello que
es urgente encontrar soluciones a ese problema, y reconocer el trascendental
papel de las mujeres afrodescendientes como promotoras de cultura y valores.
En el marco de la exclusión racial
institucional, la población afrodescendiente es víctima de problemas de
intolerancia. Muchos gobiernos y académicos(as) han dicho que no hay racismo o
discriminación racial en sus países, porque la segregación legal no existe. Sin
embargo, este hecho no implica la no-existencia de prácticas racistas en la
región. De hecho, algunos estudios demuestran que el racismo institucional está
ligado a la falta de conocimiento y la pobreza de la mayoría de los(as)
afrolatinos(as).
Las invasiones externas han
generado que los(as) afrodescendientes pierdan sus recursos naturales y
tierras, lo que ha producido migraciones masivas a ciudades, ya que la
población usualmente piensa que son mejores sitios para solucionar sus
problemas, a pesar de la misma discriminación racial que sufren allí. Algunas
veces las migraciones son forzadas por grupos ilegales o el Estado mismo, lo
cual representa una de las peores violaciones de derechos humanos, si
consideramos que sus tierras son ancestrales.
Los(as) afrodescendientes presentan
una dramática situación en términos de salud y vivienda, y también son
excluidos(as) de la seguridad social. Esto se ha dado a raíz de la
discriminación racial hacia ellos(as). Tal situación también ha fortalecido el
nocivo ciclo “exclusión socio-racial - pobreza - bajo crecimiento económico”.
Lo anterior significa que la fuerte
exclusión que sufren los(as) afrodescendientes aumenta sus problemas de
pobreza, reduce su potencial y posibilidades de trabajar bajo un ambiente
saludable y eficiente, y afecta negativamente la productividad de los países.
La población afrodescendiente tiene acceso
limitado al sistema educativo en los países de la región. Los prejuicios
socio-raciales que existen desde la época esclavista se convirtieron en una
característica de las sociedades latinoamericanas, y a pesar de la abolición de
la esclavitud en el siglo XIX, el sistema educativo continuó promoviendo ideas
discriminatorias y racistas.
La región ha minimizado cuán
importante fueron los(as) africanos(as) y los(as) afrolatinos(as) durante las
guerras independentistas, y su gran papel en los procesos de construcción de
las identidades nacionales. Además, el sistema educativo mismo ha sido promotor
del uso de estereotipos racistas que obviamente han producido problemas de
autoestima al interior de las comunidades. Esta situación se convierte en otro
obstáculo para los(as) afrolatinos(as) al intentar acceder a mercados laborales
públicos y privados.
La discriminación racial, el
racismo y la exclusión socio-racial son responsables de la concentración de
afrodescendientes en el mercado laboral no calificado. Ellos(as) ganan salarios
inferiores a los mínimos legales y usualmente comprenden la mayoría de la
población convicta. Su acceso a los mercados laborales es influenciado por la
falta de equidad que sufren en términos educativos. Es por ello que los Estados
y las compañías privadas tienen que implementar políticas para eliminar la
discriminación hacia los(as) afrolatinos(as), y promover el acceso a todos los
empleos en igualdad de condiciones.
La discriminación laboral es mayor
cuando la víctima es un(a) afrodescendiente, lo cual es una violación del
derecho al trabajo, que es defendido por varios tratados de derechos humanos
ratificados por los Estados latinoamericanos. Por ello, los créditos y mercados
laborales son limitados para los(as) afrolatinos(as), y es importante resaltar
que la situación es aún peor cuando consideramos el componente género. En
América Latina, la mayor parte de las mujeres afrodescendientes ganan menos que
las personas blancas y mestizas con el mismo nivel académico y profesional.
Si los Estados
crearan condiciones sociales, políticas, culturales y económicas para mejorar
la situación afrolatina, el desarrollo equitativo y el crecimiento económico
regional serían más fáciles de lograr en los siguientes años. Por esta razón,
la población afrolatina urgentemente requiere sean implementadas políticas de
acción afirmativa a nivel público y privado, que la lleven a ser incluida en
todas las actividades sociales, económicas, culturales y políticas, como lo
establecen las constituciones nacionales.
La discriminación racial y el
racismo también afectan a la gente afrocaribeña. De hecho, ambos problemas son
la causa principal de su pobreza. Las invasiones externas y las hegemonías
políticas y socio-económicas han caracterizado el racismo institucional, la
exclusión socio-racial y la discriminación racial hacia la población
afrocaribeña.
Los(as) afrolatinos(as) y los(as)
afrocaribeños(as) son fuertemente afectados(as) por los mismos problemas
estructurales (principalmente la pobreza, la discriminación racial y la
exclusión socio-racial) y presentan los peores indicadores socio-económicos en
términos del acceso al sistema educativo, a los servicios sociales y la salud,
a la tierra y la vivienda, y a los créditos y mercados laborales, lo cual
los(as) convierte en los(as) más pobres entre los(as) pobres de las
Américas.
América Latina es la región del
mundo con la peor distribución del ingreso y tal situación ha aumentado en las
últimas décadas a raíz de la implementación de modelos y políticas erróneas de
desarrollo socio-económico. La distribución del ingreso es aún peor cuando se
considera el componente étnico. Sin duda alguna, en toda Latinoamérica las
personas blancas y mestizas tienen más oportunidades que los(as)
afrodescendientes de acceder a los servicios sociales y los mercados laborales,
lo cual empeora la situación de pobreza, exclusión, desigualdad y
discriminación racial de estos(as) últimos(as).
A pesar de la desventajosa situación
socio-económica de los(as) afrolatinos(as), su contribución a las economías en
la región ha sido crucial. Los(as) afrodescendientes son productores de bienes
y servicios, y representan un mercado de 150 millones de consumidores.
Ellos(as) juegan un papel clave en áreas importantes de la producción, y el
nivel de vida de las clases medias de buena parte de los países de la región no
podría ser mantenido sin las contribuciones de las mujeres y jóvenes
afrolatinos(as) en materia de las labores propias del servicio doméstico.
Adicional a esto, el sector
informal que provee de múltiples bienes y servicios, y alimenta los sectores
más pobres y de bajos ingresos en Latinoamérica, es sostenido por los(as)
afrodescendientes. La calidad de vida de la región sería irreconocible hoy sin
la activa presencia económica de los(as) afrodescendientes. Pese a ello, como
ocurrió con sus ancestros(as), no son debidamente recompensados(as) ni
respetados(as) socialmente.
La perpetuación de los sistemas y
actitudes que confinan a los(as) afrolatinos(as) a las áreas de trabajo peor
remuneradas y con un tinte racial evidente, influenciado por una limitada
educación, se aprecia fácilmente en todos los países de la región, en lo que se
podría considerar una versión moderna de la esclavitud.
Como concluye el bien documentado
estudio Afro-descendants, Discrimination
and Economic Exclusion in Latin America[i], en América Latina y el Caribe la libertad de
movimiento y progreso en el terreno económico está bloqueada por la discriminación
racial en la educación y en las posibilidades laborales, y por la falta de
conocimiento de los(as) empleadores(as) sobre los derechos humanos, sociales y
económicos. Esto hace que una gran masa de trabajadores(as) sólo laboren en
sectores en los que la población “blanca” no desea trabajar. Ello no sólo
suprime el auto-desarrollo de la población afrodescendiente, sino fortalece la
ya mencionada distribución desigual del ingreso.
Esta situación de desigualdad puede
que garantice una mejor calidad de vida de las clases medias y altas de América
Latina pero, como en épocas pasadas, ello se logra a expensas de los derechos
de los(as) afrodescendientes. También cabría preguntarse, si la idea es obtener
mayores logros económicos para la región a partir del trabajo de la población
afrolatina, todo lo qué está perdiendo la economía latinoamericana al no hacer
nada por lograr la eliminación de su exclusión socio-económica y su pobreza.[ii]
Algunos estudios e informes[iii] han mostrado que las prácticas discriminatorias
y racistas detienen el crecimiento económico de las Américas. Las instituciones
y los(as) empleadores(as) que invierten más en capacitación de personas blancas
y mestizas que en hacer lo propio con afrolatinos(as), fallan enormemente si se
considera que así sólo logran limitar el potencial económico de la región.
Es importante destacar que la
esclavitud y el apartheid han producido a nivel mundial tanto ineficiencia
económica como daños morales. La discriminación laboral y las economías segmentadas
han establecido líneas raciales, étnicas y de género que provocan un fuerte
deterioro en la productividad, el desarrollo y el crecimiento.[iv]
El Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA) serviría indudablemente a los intereses de la región si de
verdad pretende promover la inclusión de su población afrodescendiente,
enfocando los esfuerzos al aumento de las oportunidades educativas y la
disminución de la discriminación racial y otros factores que perpetúan la
exclusión.
Es muy importante resaltar que
muchos gobiernos en Latinoamérica han firmado Pactos y Convenciones
internacionales que tienen un impacto positivo en los derechos de los(as)
afrolatinos(as). Por ende, existe al menos un entendimiento sobre la necesidad
de hacer efectivos los derechos y el mantener un acuerdo sobre los derechos
básicos que se deben respetar. El panorama de los países en cuanto a la
discriminación racial y el tratamiento a las minorías muestra que ha habido
cierto progreso en materia legislativa - al menos en términos de leyes
promulgadas - pero aún se está lejos en lo concerniente a la implementación
real de dicha legislación.[v] Cuando se da un caso en este sentido, son los
prejuicios raciales de los funcionarios los que impiden la aplicación de la
ley.
Los(as) afrodescendientes
generalmente no son considerados(as) ni incluidos(as) en el diseño de las
políticas y programas que los(as) afectan, particularmente aquellas políticas
como la descentralización de recursos que benefician a los municipios donde
los(as) afrodescendientes son mayoría en términos demográficos, y en políticas
socio-económicas relacionadas con exportaciones no tradicionales.[vi]
Aun cuando muchos países han
comenzado a introducir legislación con el fin de reconocer a los(as)
afrodescendientes como minorías, y castigar la discriminación racial, pocas de
estas leyes se cumplen en realidad. Cuando ocurre, su aplicación normalmente se
ve matizada por intereses que van en contra de sus víctimas, los(as)
afrolatinos(as). Incluso, cuando es evidente que el caso beneficia a una
persona afrodescendiente se presentan demoras o se falla contra ésta. Esto
ocurre especialmente en la titulación de propiedades ancestrales (afrolatinas)
que han sido invadidas por campesinos(as).
Las peores faltas que cometen los gobiernos
latinoamericanos son, sin embargo, sus fracasos al establecer instituciones
apropiadas para denunciar las violaciones de los derechos sociales, económicos
y culturales de los(as) afrodescendientes, y para exigir las compensaciones
respectivas.[vii]
Existe una necesidad apremiante de
transformar la percepción pública hacia la población afrodescendiente a través
del currículo de educación formal, incorporando la verdadera historia de la
población afrolatina, y la contribución de los(as) africanos(as) y los(as)
afrodescendientes a Latinoamérica. No obstante, y más allá del desarrollo de
una educación bilingüe en algunos países de América Central, no se sabe de
esfuerzos que se hayan hecho para cambiar las actitudes de la sociedad
latinoamericana en materia de discriminación y exclusión socio-racial.[viii]
La invisibilidad afrodescendiente
en programas de desarrollo socio-económico comenzó a ser discutida en 1999, a
partir de las propuestas del Banco Interamericano de Desarrollo y los
Departamentos de Censos de la región. Desde 2002, se ha promovido que los
censos incluyan preguntas sobre identidad étnica y raza, pero se han logrado
resultados poco coherentes; a menudo porque ni la persona que encuesta ni la
persona encuestada entienden los beneficios de censar o ser censado(a).[ix]
Para la mayoría de organizaciones
afrolatinas y líderes comunitarios(as), no hay programas diseñados o
implementados expresamente para sus comunidades o pueblos que sean exitosos, lo
cual es grave como se ha dicho, no sólo porque sus necesidades son muchas, sino
por su larga historia de exclusión y discriminación racial.
Las ONGs afrolatinas han
identificado como claves las siguientes estrategias, para hacer efectivos los
derechos sociales, constitucionales, culturales, económicos y políticos de la
población afro, y garantizar la inclusión socio-racial y el desarrollo con
equidad a lo largo y ancho de América Latina:
Primero, los gobiernos deben educar
profesionales afrolatinos(as) en materia de evaluación de políticas públicas, especialmente
aquellas que los(as) afectan de manera directa; segundo, es importante
fortalecer las redes de afrolatinos(as) con el fin de crear proyectos y planes
de inclusión; tercero, tanto los gobiernos como las ONGs afrolatinas tienen que
establecer prioridades para enfrentar graves problemas como el desempleo, la
discriminación racial, el racismo institucional y la pobreza.
Cuarto, es necesario apoyar y
promover leyes que hagan referencia a los asuntos afrolatinos; quinto, las
organizaciones afrodescendientes deben crear alianzas tanto con el sector
público como con el privado y las universidades en la región, para obtener una
fuerza laboral importante de afrolatinos(as) con un alto nivel educativo; y
sexto, es indispensable trabajar en el desarrollo equitativo regional mientras
se diseñan políticas para eliminar los problemas que he mencionado en este
texto.
Tales
estrategias nos permiten sugerir las siguientes propuestas de desarrollo, en
aras no solamente de eliminar la pobreza de los(as) afrodescendientes, sino
también de lograr mayor crecimiento económico y respeto a los derechos humanos
en la región:
Primero, tanto los gobiernos como
las organizaciones afrodescendientes deben trabajar en la promoción e
implementación de programas que apoyen a microempresas afrolatinas; segundo,
también deben trabajar en la creación de grupos de estudio sobre salud y
servicios sociales para afrodescendientes; tercero, deben apoyar la promoción
de eventos regionales sobre asuntos afrolatinos, con el fin de obtener una
clara compresión sobre aquellos programas y políticas concernientes a la
población afrodescendiente.
Cuarto, los(as) afrodescendientes
tienen que crear una cultura política que les permita negociar sus votos de
manera eficiente con los(as) candidatos(as) presidenciales y/o que buscan ser
elegidos(as) para otras posiciones públicas, con el fin de promover políticas
que beneficien a las comunidades afrolatinas; quinto, tanto los gobiernos como
las ONGs afrodescendientes deben promover y apoyar programas y políticas de
acción afirmativa, especialmente para mejorar el acceso a la educación superior
y el empleo.
Sexto, deben promover una mayor
asistencia y cooperación internacional para hacer efectivas sus propuestas;
séptimo, deben promover la creación de una Convención Interamericana sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial hacia los(as)
afrodescendientes y la población indígena, y apoyar la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, la cual ha estado trabajando en asuntos afrolatinos; y
octavo, deben apoyar la integración regional bajo un contexto que promueva la
inclusión socio-racial y el desarrollo equitativo, y exija el respeto
internacional hacia éstos.
Finalmente, todos los países de la
región tienen que tomar decisiones políticas tendientes a apoyar a los(as)
afrolatinos(as) y eliminar la exclusión socio-racial, no sólo porque ésta causa
pobreza y violaciones de derechos humanos, lo cual va en contra de las normas
nacionales e internacionales, sino por el impacto negativo de la misma en el
desarrollo social y el crecimiento económico regional.
[i] BRYAN, Maurice and SÁNCHEZ,
Margarita, with MRG partners. Afro-descendants, Discrimination and Economic
Exclusion in Latin America. Minority Rights Group International. Londres, Mayo de 2003
[ii] Ibid.
[iii] Ver Bibliografía. Nota: Este texto, así como otros artículos sobre afrolatinos(as) y afrocolombianos(as), puede ser consultado en www.mnacimarron.org o www.eip-cifedhop.org/EIPColombia
[iv] BRYAN, Maurice y SÁNCHEZ, Margarita. Op.Cit., pág. 15
[v] Ibid.
[vi] Ibid.
[vii] Ibid., pág. 16
[viii] Ibid.
[ix] Ibid.
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